¿Qué podemos aprender y aplicar a partir de la contingencia?

Lic. Luis Humberto Medrano Montoya

Formación para la vida y Acompañamiento

Contingencia, aislamiento, cuarentena, confinamiento… sea cual sea el nombre que quieras darle, estamos viviendo un momento único y nunca antes visto por varias generaciones actuales, es por ello que no podemos dejar pasar esta extraordinaria oportunidad para darle una acertada lectura, análisis y reflexión que nos lleve a ver con ojos de conciencia y que nos permita acentuar, a partir de esta vivencia, nuestra naturaleza humana. El reto es ocuparnos para que esta oportunidad no pase desapercibida, sino que sea un parteaguas en nuestra vida personal, familiar, laboral y social.

Te comparto 10 aprendizajes que podemos obtener de esta experiencia:

  1. Lograr una sanidad integral. Estos días nos deben ayudar para desarrollar y continuar un plan de fortalecimiento de las distintas dimensiones humanas: mental, emocional, física y espiritual. No podemos continuar reduciendo nuestra vida a un solo aspecto, pensemos en nuestra vida como un ventilador de cuatro aspas en donde todas son importantes y se logran  formar armónicamente. Aprovechemos este tiempo para revisar el estado de salud de cada una: 
    1. Qué tipo de pensamientos tenemos con mayor frecuencia: positivos, inspiradores, angustiantes, estresantes, de impotencia…
    2. Cuáles emociones suelen habitar en nuestro corazón: amor, serenidad, alegría, gratitud, miedo, culpa, confusión, hostilidad, envidia, resentimiento…
    3. Cómo está nuestro estado de salud, condición física, nuestros hábitos alimenticios y de descanso….
    4. Cómo llevas tu relación con Dios, con tu Poder Superior, de qué manera vives la trascendencia en tu vida…
  1. Distribuir el tiempo de manera equitativa. Valorar en la misma medida nuestro tiempo de casa, de escuela, de trabajo, así como tener horas fijas para comer, hacer ejercicio, descansar y disfrutar. Lograr  distribuir y manejar de una manera equilibrada nuestro jornada diaria, así como minimizar el tiempo dedicado a los medios digitales, como el uso del celular, la computadora y videojuegos, quedándonos únicamente con lo necesario, ya que el abuso de ellos genera aislamiento, ansiedad, depresión e insomnio.
  1. Seleccionar la información que recibimos. Hemos sido “bombardeados” por información, pero lamentablemente no toda real, ni útil para formar un criterio objetivo. Tenemos ahora la oportunidad de adquirir el hábito de informarnos para formarnos en nuestra toma de decisiones, considerando para ello, únicamente fuentes serias.
  1. Seguir haciendo lo que nos gusta. Este tiempo nos ha dado la oportunidad de darnos cuenta de todo aquello que por las prisas dejamos de hacer y que disfrutamos, como ver alguna película, bailar, aprender una habilidad nueva, jugar en familia, cocinar, hacer ejercicio, cultivar una amistad; también hemos descubierto lo que somos capaces de crear, ordenar, organizar, escribir, liderar… Sigamos haciendo lo que tanto deleite trae a nuestra vida, no dejemos que nuevamente las prisas desgasten nuestras ganas de vivir.
  1. Desarrollar habilidades para la vida. Si de algo hemos tomado conciencia en estas semanas es de la necesidad de contar con recursos no solo tecnológicos, sino recursos personales para afrontar situaciones de crisis: conocimientos generales, habilidades de comunicación efectiva, autocontrol, manejo de conflictos, iniciativa, creatividad, resiliencia, tolerancia, pensamiento fuera de la caja, etc. Es importante desarrollar nuestros recursos personales mediante el estudio formal, la lectura y la investigación. Así como incluir el desarrollo de estos recursos tanto en la educación familiar como en la educación escolar y laboral, porque lo más importante no es estar preparado físicamente, sino tener la disposición para salir adelante.
  1. Contar con la disposición para ver la vida sencilla y positiva. Pareciera que estamos programados y educados para ver todo de manera negativa, quejarnos de nuestro trabajo, ver nuestro matrimonio como “Martiromonios”, todo el día buscamos conflictuarnos y cuando no lo estamos hasta nos sentimos mal por no estar mal. La vida es simplemente un regalo que necesitamos tomar y disfrutar, debemos mantener el buen humor, la disposición, ser proactivos, simplificar nuestra vida y darle a cada cosa su justa dimensión. Necesitamos ser generadores de una nueva concepción de la vida y sembradores de esperanza.
  1. Adoptar como hábito de vida las prácticas que se han realizado por necesidad. Desarrollar una cultura de prevención y ahorro económico, tener siempre medidas que garanticen la higiene y desinfección, asegurar el abastecimiento propio y ajeno de productos básicos (y por lo tanto evitar compras de pánico que desprotegen a otros). Valorar y fomentar el cuidado de la naturaleza tomando medidas como el carpool. Cambiar esquemas de trabajo presencial a home office permitiendo así mayor tiempo de presencia con la familia, disminución de gastos por traslado, aprovechamiento del tiempo. Todo esto nos traerá mayor calidad de vida.
  1. Fortalecer lazos afectivos. En este tiempo de aislamiento social, reconocemos la dificultad de vivir solos, apartados, distanciados y esto nos lleva a valorar el contar con la compañía, el apoyo, la guía, el soporte, la protección, el auxilio que nos brindan nuestros seres queridos y nuestras amistades. Que en esta experiencia de sana distancia reforcemos, arreglemos y fortalezcamos nuestras relaciones más cercanas y preparemos el camino para cultivar nuevas relaciones, que nos permitan caminar acompañados.
  1. Pedir ayuda. Este tipo de situaciones que estamos viviendo, en ocasiones hacen que salga nuestra peor versión, que queden al descubierto los desperfectos o desórdenes de nuestra personalidad, defectos, comportamientos adictivos, entre otros. Lo importante de esto es tomar conciencia para trabajar en ello, sin embargo, sabemos que esto puede no ser fácil y en algunos casos será necesario pedir ayuda externa. Contar con un coach, terapeuta, director espiritual, grupo de ayuda será de mucho beneficio para superar esta crisis y para enfrentar los retos que la vida nos seguirá presentando. 
  1.  Tomar conciencia de lo necesario y medida de lo suficiente. Este tiempo nos ha dado también la oportunidad de limpiar, ordenar, organizar nuestras casas y con ello hemos tomado conciencia de todo lo que tenemos sin necesitarlo. Vivir con lo necesario y saber cuánto es lo suficiente nos ayudará no solo a despejar espacios físicos sino que nos llevará también a liberar espacio en nuestra mente y en nuestro corazón.

Y cuando todo esto pase: cierra ciclos, perdona y perdónate, arriésgate a iniciar ese proyecto, ama, sonríe más, no te quejes, deja de andar con prisas, disfruta tu día, mira a los ojos, saborea, disfruta el café de cada mañana, camina para sentir el aire fresco, valora todo lo que Dios te permite vivir y vuelve a creer en ti, porque la verdadera libertad es decisión tuya.